miércoles, 22 de agosto de 2007

Ya lo sabes tu...


Aprendí que hay que vivir los días como si fueran el último... y pedir prórroga. Entonces, como si lavara mi corazón contra las rocas, con tímidas palabras llenas de fortaleza(?), palabras que son como adolescentes empujándose en un baile para invitar a la pista a la niña bonita, le digo, al oído, susurrando apenas, que las cosas son más hermosas si se comparten(!), que me cuesta decirle lo que voy a decir, que me hace feliz(?) y aunque hay cosas que no callo(?) si no que viven mudas dentro de mí, esto no puedo callarlo(?) y llamarla hermosa me deja vacío(!), y por eso... por eso... debo decirte que...

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